El 27 de noviembre de 2001, Boca volvió a Tokio buscando su segunda Copa Intercontinental al hilo tras haber derrotado al Real Madrid el año pasado. El encuentro quedó en la historia no solo por lo ajustado del resultado, sino además por las polémicas que hubo durante el desarrollo del partido y por la cantidad de infracciones que sufrieron los jugadores, sobre todo Juan Román Riquelme.
Sería finalmente victoria por 1 a 0 del Bayern Munich frente al Xeneize en tiempo suplementario y dejaría al conjunto de Bianchi sin repetir el logro que había obtenido el año anterior. En abril del 2020, Serna recordó la derrota ante el conjunto alemán y lo comparó con una serie: “¿La Casa de Papel? ¡No! Este fue el robo más grande del Siglo XXI”. El tweet está escrito por Mauricio Serna y firma: “El ‘5’ de Boca.
Como todos los equipos alemanes, este Bayern era muy fuerte. Tenía una última línea férrea y un arquero que parecía casi invencible. Un estilo que enseguida se impuso gracias a la pasividad de Kim Nielsen, el árbitro dinamarqués que tuvo una noche muy floja y los hinchas del club de la Ribera siguen enojados, por como llevo acabo ese partido.
La controversia arrancó con la expulsión a Marcelo Delgado, a quien había amonestado previamente por un supuesto insulto y que terminó viendo la roja por simular una falta dentro del área sobre el final del primer tiempo. Por un manotazo en la cara a Guillermo Barros Schelotto, ni siquiera amonestó a Kuffour, defensor del Bayern.
A Riquelme no lo dejaron jugar de todo lo que le pegaron y hasta recibió un tremendo planchazo que era para que se vaya al vestuario y que no cobró ni falta. Así y todo, Boca aguantó el 0-0 con un hombre menos y fue al tiempo suplementario. Pero llegaría lo peor, una pelota parada que terminó en gol del equipo alemán, con una falta a un jugador del Xeneize, que el arbitro no cobró.
