Esta noche, a partir de las 21 en Santiago del Estero, Boca jugará la final de la copa Argentina frente a Talleres de Córdoba. El que se imponga en este cotejo se alzará con el certamen que tendrá dos importantes novedades: clasificar a la zona de grupos de la copa Libertadores. Además el que triunfe esta noche jugará la supercopa ante River.
En primer lugar, más allá de lo que ocurra dentro de la cancha tendrá un condimento sumamente particular. ¿Cuál será? Se jugarán los 90 minutos reglamentarios, pero en caso de igualdad tendrá definición por los tiros desde el punto de penal. En conclusión, Boca corre con una pequeña ventaja: la mayor jerarquía para este tipo de definición.
Durante esta edición del certamen, Boca tuvo que recurrir a esta instancia en dos llaves previas para seguir avanzando de fase. Lo realizó en los encuentros ante River y Patronato. Sin embargo, en las últimas definiciones por esa vía el equipo que comanda Sebastián Battaglia tuvo un as de espadas. Agustín Rossi fue clave atajando en este tipo de definiciones.
Aunque está claro que a Talleres también le ha costado este certamen en sus diversas llaves. Ante Vélez, Atlético de Rafaela y Estudiantes de Rio Cuarto necesito de esta alternativa. En esta oportunidad será un partido sumamente distinto a los anteriores. El contexto es sumamente complejo. En conclusión, habrá mucho en juego.
Otros datos numéricos que llaman a la ilusión es que siempre hubo goles en todas las finales a excepción de la edición 2014, donde Huracán y Central igualaron 0 a 0. Para bien o para mal, el resultado tendrá un gran impacto para todos. De hecho, se ha remarcado en estas horas que Boca pese al resultado le ofrecerá la continuidad a Battaglia.
