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Efemérides de Boca

¡Inolvidable! A 20 años de la partida de uno de los grandes ídolos de Boca

El entrenador falleció un dia como hoy en el 2001.

Boca
Foto: @BocaJrsOficial

Discípulo de Helenio Herrera, autor de algunas frases célebres del fútbol, quedó en la historia del Boca por lo que hizo como director técnico: fue bicampeón de la Libertadores en el año 77 y 78 y cerebro de la primera Intercontinental. Hoy, se cumplen 20 años del fallecimiento del Toto Lorenzo y el hincha Xeneize lo sigue recordando, más que nunca.

Cuando Alberto J. Armando llamó a Juan Carlos Lorenzo, en 1976, le encargó la difícil tarea de romper con el reinado de River, que venía de ser bicampeón, y cortar con la sequía de títulos que ya llevaba seis años. “Y eso en Boca era casi un siglo“, dijo tiempo después el Toto, uno de los mejores entrenadores de la historia que pasaron por el Xeneize.

Si quieren chiches, vayan a la juguetería”, se defendió cuando lo atacaron por el juego hosco del Xeneize. Lo explicó también en otras palabras: “A todos nos gustan los fideos con tuco, pero si no hay salsa hay que comerlos con ajo o solos y listo. Eso es Boca”. Como jugador había vestido la camiseta azul y oro entre 1945 y 1947. Pero su corazón, al menos en ese entonces, estaba reservado para San Lorenzo.

Sus dirigidos lo destacaron siempre como “un adelantado para su época”. Por cuestiones tácticas y hasta por picardías o avivadas que marcaban la diferencia. En Mallorca había hablado con los pilotos de los aviones que llevaban a los rivales: les pedía que los “bailen” en el aterrizaje para poder aprovechar el mareo durante los partidos. Algo así como el antecesor de Carlos Bilardo.

 Falleció en 2001, a los 79 años, cinco meses después de que Boca volviera a consagrarse bicampeón de la Libertadores. Esta vez, con Carlos Bianchi como técnico: “Lo tuve en Vélez en el ’82 y debe haber asimilado cosas”, le dijo a El Gráfico en 1995, cuando el Virrey estaba en el Fortín. Ahora, los dos tienen su estatua, una al lado de la otra, en el hall de La Bombonera, su casa para siempre.

Fuente: Gabriel Rymland.