Cómo pasa el tiempo… Una década después el recuerdo hacia el máximo goleador de la historia de Boca Juniors está intacto, como así también el que Martín Palermo guarda en su memoria, en su retina, el de sus gritos de gol que inflaban el pecho, el de sus millones de momentos con el Xeneize. Pero él siempre tuvo un plus y en su último partido de local no iba a ser la excepción: los famosos tres palos eran para él, ahí en donde tantas veces lo supimos llamar, el oportunista del gol.
“El arco está exhibido en un complejo en La Plata, donde hay unas canchitas. Obviamente, no se usó nunca en ningún partido. Pero tiene puesta la red y está decorado para que la gente pueda ir y sacarse una foto. En un principio costó encontrar dónde ponerlo, hasta que encontramos ese lugar”, contó el Titán en una nota con Diario Olé. El complejo que tiene el privilegio de lucir esta pieza única es “Montego Sport”.
Si bien Martín se retiró una semana después al enfrentar a Gimnasia, el último encuentro emocionante en casa tuvo todo lo que se merecía. De hecho, afirmó nunca haber imaginado tanto cariño. Las lágrimas se apoderaban de él y el arco del gol en muletas se iba para… ¿su casa? hasta que encontraron dicho complejo.
“Tener un arco y una estatua en la Bombonera son cosas que uno jamás imaginó. El hincha de Boca reconoció siempre lo que uno hizo como jugador. Tuve la suerte de conformar planteles exitosos y ser parte de momentos especiales del club. Y eso fue lo que me hizo tener una estatua y el arco de la Bombonera. No cualquier puede tener eso. Fueron muchas cosas las que se dieron y yo disfruté al máximo cada una de ellas”, rememoró.
Actualmente, es entrenador de Curicó Unido de Chile y en una década cambian tantas cosas… Sin embargo, Martín Palermo sigue y seguirá siendo leyenda. “Vos nos diste los goles, vos nos diste alegría, lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida”. No se olvida en la vida.