Un 28 de diciembre de 2016 se confirmó el doloroso pase de Carlos Tevez a China. Shanghai Shenhua puso un contrato multimillonario sobre la mesa y no tardó en vestirlo de azul y blanco. Días atrás, el nacido en Fuerte Apache había sido ovacionado por toda La Bombonera, en el partido de Boca frente a Colón y había llorado como un niño en el banco de suplentes.
“Carlos Tevez agradeció a Boca Juniors por aceptar negociar y por encontrar una solución que benefició a todas las partes involucradas. De esta manera, culmina la segunda etapa de Tevez en Boca dejando un recuerdo imborrable para los hinchas del club, donde marcó 25 goles en 56 partidos y consiguió dos nuevos títulos para nuestra institución“, fue el comunicado que presentó el Xeneize.
La salida de Tevez no pasó desapercibida. Hubo mucha tristeza y enojo de parte de muchos hinchas del club de la Ribera, que no aceptaron la decisión que tomo el jugador. Eso si, dos años más tarde, el Apache dejaba el fútbol chino y volvía a Brandsen 805, a jugar la Copa Libertadores, pero su relación con Guillermo Barros Schelotto no era la misma.
“Yo estuve en China, por suerte ganamos los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, pero no me hubiese ido. Yo volví a Boca, hice bastante barullo para volver de Villarreal, ganamos la Copa Libertadores 2007 y rechacé ofertas de Inglaterra e Italia“, comentó en su momento Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de la institución, molesto con la decisión de Carlos.
Shanghai Shenhua le ofreció un contrato astronómico imposible de rechazar: 80 millones de dólares, 40 por cada una de las dos temporadas que debería disputar en esas tierras. Hace unos años, la mayoría de los jugadores intenta jugar al fútbol en los mejores equipos para poder estar bien económicamente en el futuro. En esta ocasión, no fue al mejor equipo, pero le pagaban como si lo fuese.