Un 10 de noviembre pero de 2001, Diego Armando Maradona realizó su partido despedida en la cancha de Boca. Con una Bombonera repleta, el ídolo del fútbol mundial tuvo su homenaje en vida. Allí dejó una de las frases más importantes de la historia: “Yo traté de hacerlos felices jugando a la pelota, creo que lo logré. El fútbol es el deporte más sano del mundo, porque se equivoque uno no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha“.
En esa fecha, “Pelusa” tenía 41 años. Se había retirado en 1997, tras un superclásico en el monumental ante River. En ese entonces lo dirigía Héctor “Bambino” Veira, y en su reemplazo ingresó un tal Juan Román Riquelme. En esa ocasión, el xeneize triunfó por 2-1 con goles de Julio César Toresani y Martín Palermo. El 10 jugó los primeros 45 minutos y luego salió por una molestia.
Luego de ese partido, Maradona declaró: “Con todo el dolor del alma ha llegado el momento de anunciar mi retiro. Se terminó el jugador de fútbol. Nadie está más triste que yo. Mi papá se fue llorando de mi casa y yo le prometí que cuando pasara una cosa así, largaba todo”. Ese sería el final de su segunda etapa como jugador azul y oro.
La Asociación del fútbol argentino publicó este mensaje: “726 partidos jugados, 11 títulos ganados y 373 goles convertidos. Incontables gambetas (regates) y un inconfundible estilo de juego que marcó una época en el fútbol. Con su zurda y el número diez en su espalda guió a la Argentina hacia la gloria máxima al ganar el Mundial de México 1986”
Brilló en cada lugar en donde estuvo. Jugó en Argentinos Juniors, Boca Juniors, Napoli de Italia, Sevilla de España, Barcelona de España y Newell´s. Como entrenador estuvo en la selección argentina, Dorados de Sinaloa, Mandiyú de Corrientes, Racing Club, Al-Wasl, Al-Fujairah y Gimnasia y Esgrima La Plata. El paso por el club platense sirvió para que reciba un homenaje en todas las canchas del fútbol argentino.