Un 7 de noviembre de 1973, nacía Martín Palermo, uno de los máximos ídolos de la historia de Boca. El Loco nació en la ciudad de La Plata y debutó como delantero en Estudiantes en 1992; club en el que se quedó hasta 1997 cuando se concretaría no solo el pase a Boca Juniors, sino también su pase para convertirse en uno de los ídolos más queridos y que tienen como referente los hinchas de Xeneize.
Fue en Boca, donde Palermo cosechó logros que lo destacarán para siempre como ser el máximo goleador histórico con la casaca azul y amarilla con un total de 236 goles, incluidos equipos como el Real Madrid, además de cosechar 14 títulos a lo largo de su carrera: 2 Libertadores, 1 Intercontinental, 6 torneos locales, 2 Sudamericanas y 3 Recopas.
“Vos nos diste los goles, vos nos diste alegrías, lo que hiciste por Boca, no se olvida en la vida”, retumbó en toda la Bombonera cuando Martín Palermo se paró en el centro del campo de juego para hablarle al público. Un 12 de junio de 2011 fue la última que se lo vio vestido de jugador profesional, en el estadio que se cansó de gritar y celebrar sus goles de todos los colores.
Sin embargo, esa noche, al escuchar a más de 50 millones de almas gritar y llorar por él, el delantero no se quiso quedar en silencio y agarró el micrófono para dar unas palabras: “Boca no sería esto sino es por su gente, siempre voy a decir que Boca no es grande por sus dirigentes ni por sus jugadores, ni por sus técnicos. Los voy a llevar siempre en mi corazón”.
Aquella escena sucedió hace 10 años atrás. Boca había empatado en uno ante Banfield y el Titán ya tenía la decisión de retirarse, por eso la gente se acercó a despedirlo y a darle las gracias por tantos momentos de gloria. La emoción atravesó a todo el pueblo boquense. A los que estaban en la cancha ya los que miraban detrás de un televisor, junto al hombre que todo lo pudo.
