Un 7 de octubre pero de 1995, Diego Armando Maradona volvía a Boca. Esa tarde fue recibido por una multitud en la Bombonera, un día que jamás olvidará ninguno de los que estuvieron presentes. El equipo era dirigido por Silvio Marzolini, y venció 1-0 a Colón de Santa Fe con gol de Darío Scotto, correspondiente a la novena fecha. Una tarde soñada para el regreso del jugador más importante del mundo.
El plantel boquense contaba con grandes figuras aparte de la de Diego: Claudio Caniggia, Navarro Montoya, Sergio “Manteca” Martínez, Alberto Márcico, Blas Giunta y un joven Cristian “Kily” González. El equipo aprovechó el envión y consiguió siete triunfos en ocho presentaciones. Sin embargo, peleó el campeonato con el Vélez de Carlos Bianchi (fue el campeón) y sobre el final se cayó.
“Pelusa” había jugado en el año 1981, coronándose campeón del torneo nacional. Allí disputó 40 partidos, marcando 28 goles y 17 asistencias. Luego comenzó su aventura por Europa: FC Barcelona de España, Napoli de Italia y Sevilla de España. Cuando regresó al país lo hizo para Newell´s Old Boys de Rosario, revolucionando a todo el fútbol argentino. Apenas jugo 5 partidos y se dio su tan ansiado retorno a Boca Juniors.
En total con la camiseta xeneize disputó 71 encuentros. Gritó 35 goles, y si bien no pudo levantar una Libertadores, el amor que formó con la hinchada xeneize quedará en los corazones de cada bostero. Su despedida del fútbol se dio con una Bombonera repleta con la famosa frase: “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.
Ya se va a cumplir casi un año de la partida de Diego. El mundo lamentó la pérdida de un emblema del fútbol mundial y de todos los ámbitos. Tenía 60 años, pero vivió innumerables momentos dentro y fuera de la cancha. El hincha bostero lo recuerda día tras día. El más grande era fanático del más grande: Boca Juniors.