Boca había comenzado el partido de una manera bastante particular. El equipo comandado por Sebastián Battaglia había empezado a imponer condiciones en el juego ante Lanús. Tras una gran jugada colectiva entre Frank Fabra y Sebastián Villa, el delantero remató desde larga distancia. Tras un desvío Monetti quedó descolocado y Boca abrió el marcador.
Pero antes de ese hecho, Boca había mostrado las intenciones claras desde el arranque del partido. Por un lado, el equipo de Sebastián Battaglia pretendía ser un equipo agresivo para recuperar el balón. Una vez que lo tenía en su poder, atacar con mucha gente. A ese gran poder de ataque, se suma el buen pie de Óscar Romero para filtrar pases en salida hacia las corridas de Sebastián Villa.
Aunque esa no es la única arma que tiene el equipo xeneize para poder lastimar. Con los laterales bien lanzados en ataque, hay mucho espacio para jugar. A partir de las gambetas de Zeballos y de Sebastián Villa, Boca tienen facilidades para poder quedar mano a mano ante los defensores del equipo rival. Aunque todavía resta mucho tiempo en el encuentro de esta noche.
También es cierto que después de los primeros 20 minutos, Boca empezó a bajar la intensidad en cuanto a la presión. Para ese momento el conjunto de Sebastián Battaglia empezó a quedar más partido en el medio. Dado que no hay retrocesos para brindar ayuda. Tampoco hay movimientos sincronizados de los medios para brindarle apoyo a los delanteros.
Aunque todavía está claro que falta para que termine el encuentro del equipo xeneize. Sin embargo, en una jugada bastante confusa le empataron el partido. A partir de esa situación el conjunto xeneize todavía no se ha podido levantar de esa situación puntal. Pero todavía tiene bastante tiempo para volver a ser ese equipo agresivo de los primeros quince minutos.
