El vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme, llegó a Mendoza para el encuentro de esta noche. En la puerta del hotel, había muchísimos hinchas xeneizes que se encontraban desde temprano en las adyacencias para saludarlo. Bajó con la delegación correspondiente, encabezada por Jorge Amor Ameal. Esta vez no se detuvo a sacarse fotos, sino que saludó y rápidamente ingreso al complejo.
Allí fue recibido por el equipo de trabajo hotelero, quien le dio la bienvenida y unas breves palabras de elogio. Más allá de que varios hinchas se fueron, otros se quedaron esperando que salga a saludar como hizo en Santiago del Estero. En aquella oportunidad estuvo un buen rato con los simpatizantes presentes, y hasta alzó a una abuela de 82 años, que luego conoció la Bombonera por primera vez.
En la previa del duelo ante los de paternal, Riquelme habló con Halcones y Palomas, programa de TNT Sports. Allí dejó innumerables títulos, y uno de los que se destaca es el siguiente: “Para mí no hay ningún lío. Yo al hotel no voy. No tengo porque tener vergüenza de felicitar a mis jugadores que los veo casi todos los días. Acá en el predio hablo siempre con ellos. Amé ser futbolista y amo a los futbolistas, los voy a cuidar siempre”.
Es decir, el vicepresidente está teniendo una participación muy activa, cuando antes prácticamente no dialogaba con nadie. En este segundo semestre salió a respaldar a cuerpo técnico y jugadores, cubriéndoles la espalda ante la exposición mediática. Se sabe que el mundo Boca no es sencillo, por lo que la actual dirigencia mediante el consejo de fútbol, quiere alivianar eso.
El partido de hoy definirá el futuro de Sebastián Battaglia, ya que si no logra el pase a la final será muy criticado y puesta en duda su continuidad. El objetivo es clasificar a la Copa Libertadores: puede hacerlo a través de la tabla anual (hoy está afuera a un punto del último clasificado) o bien ganando la Copa Argentina. En la Liga Profesional quedó muy lejos del primer puesto, está a 13 unidades con 18 puntos por jugarse.