Lo de Boca rozó el papelón. Dos puntos sobre los últimos 9 encienden las alarmas. Tras este empate ante Arsenal, Boca sigue dependiendo de si mismo para obtener la clasificación a la copa Libertadores. Pero aún debe esperar para, al menos, estar en la zona de repechaje. El xeneize se puso en ventaja con gol de Ramírez pero en el segundo tiempo lo empató Sepulveda.
Tras ese gran primer tiempo inicial, donde Boca impuso las condiciones de juego, el segundo tiempo mostró otra cara totalmente distinta. Un equipo que se vio parado en la mitad de la cancha, con un ritmo de juego muy bajo. Aunque todavía las alarmas están encendidas, dado que jugando de esta manera será muy difícil lograr los objetivos.
De hecho, hubo un dato sumamente sorprende que ilustra la realidad de lo que fue este encuentro: Battaglia realizó una sola modificación, cuando en encuentros anteriores había cambiado en demasía. La parte complementaria casi no tuvo acciones ofensivas de Boca. De hecho, pasó más cerca de su arco tratando de guardar energías.
Aunque por lo visto en el segundo tiempo, hay olor a fin de ciclo. De hecho lo que más se reprochó en el complemento es un dato sumamente estratégico: no hubo atajadas del arquero Medina. Ante esto no hay muchas objeciones que realizar a lo que se intentó plasmar en el segundo tiempo. Lo más preocupante es que aún no se clasificó para la copa Libertadores.
Si bien sigue dependiendo de sí mismo, Boca necesita de otros resultados. Pero hoy jugó un buen primer tiempo, pero totalmente deslucido en el complemento. El gran responsable es el entrenador. Desde sus manejos hasta las decisiones tomadas resignó dos puntos que le hubieran permitido sacarse un peso de encima de cara al próximo miércoles.