Un 15 de abril como hoy, pero del año 2007, es decir, hace 18 años, se jugaba una nueva edición del Superclásico entre Boca y River en La Bombonera y para Guillermo Barros Schelotto sería el último como jugador del conjunto azul y oro. ¡Guillermo no se va! Banderas, carteles, mensajes de los hinchas en las pantallas del estadio, todo era reconocimiento para el histórico número 7.
Esa tarde, Miguel Angel Russo, por entonces Director Técnico del “Xeneize”, mandó a la cancha a Mauricio Caranta; Hugo Ibarra, Daniel Díaz, Claudio Morel Rodríguez y Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Ever Banega, Nery Cardozo; Juan Román Riquelme; Rodrigo Palacio y Martin Palermo.
Con un gol tempranero del volante por derecha, el cuadro de la Ribera se imponía en su estadio para arrancar el encuentro con una sonrisa y amargarle el día a su archirrival, pero llegaría el empate “Millonario” de la mano de Mauro Rosales, un resultado que sería más satisfactorio para la visita que para el anfitrión ya que todo el desarrollo del mismo fue en favor de los de camiseta azul y amarilla.
Faltando solo cinco minutos para el final del match, el “Mellizo” fue la carta que eligió el entrenador para mandar a la cancha. En reemplazo del ex Banfield, el atacante entró con sus mismas ganas y rebeldía de siempre, pero la realidad indicaba que quedaba realmente escaso tiempo de juego y poco fue lo que pudo entrar en acción.
“Me hubiera gustado entrar antes”, declaró post partido fiel a su estilo. “Fue un día muy especial para mí, tanto afecto no sé si podrá modificar mi decisión”, amplió con respecto al cariño demostrado por la gente.
Fue la última función en el club boquense del delantero que llegó desde Gimnasia y Esgrima La Plata para convertirse en ídolo después de lograr nada más ni nada menos que 16 títulos. Su destino sería el Columbus Crew de la Major League Soccer de los Estados Unidos (MLS) para retornar al país y retirarse en el “Lobo” platense.
