El 22 de febrero de 1981, un día como hoy pero hace ya 44 años, Diego Armando Maradona, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, comenzó su idilio con Boca cuando se puso por primera vez en forma oficial la camiseta azul y amarilla, la que amó hasta el último de sus días, en ocasión de un triunfo ante Talleres de Córdoba por 4-1 por el torneo Metropolitano, en el inicio de la conquista de su único título en el país.
Aquella tarde calurosa de febrero, La Bombonera era un infierno con 60 mil almas delirando por “Pelusa”, en una imagen que quedó grabada en las retinas de los hinchas “Xeneizes”, al igual que la última, la del 7 de marzo de 2020 cuando pisó el mítico estadio por última vez, vestido con el buzo de técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata para ser testigo de una vuelta olímpica del local, ocho meses y medio ante de su muerte, el 25 de noviembre, cuando tenía 60 años.
El rival de ocasión, ante el que el conjunto azul y oro dirigido por otra gloria del club fallecida tiempo atrás, Silvio Marzolini, comenzó a gestar el título en el que el “10” brilló con 17 goles en 28 partidos, fue como una señal del destino, ya que se trató del mismo ante el que había protagonizado su debut en Primera División el 20 de octubre de 1976 cuando apenas tenía 16 años.
La llegada del surgido en Argentinos Juniors al cuadro de la Ribera se había producido un puñado de días antes, en un pase de novela que tuvo muchas idas y vueltas, quizá el más controversial de la historia del fútbol argentino en un momento en el cual Argentina no atravesaba una buena situación económica.
Estaba claro que el “Bicho” no podía retenerlo más en La Paternal, su talento crecía y crecía, y River fue el primer interesado con una oferta seductora, ser el mejor pago del plantel junto a Ubaldo Matildo Fillol, mientras que el Barcelona de España amenazó con pagar 10 millones de dólares por su pase.
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