No son muchos los hinchas jóvenes que relacionan el nombre de Fabricio Coloccini con Boca. Sin embargo, el central, que este lunes por la noche se enfrentará al Xeneize con la camiseta de Aldosivi en Mar del Plata, protagonizó un conflicto en la institución de La Ribera que causó revuelo en el fútbol argentino hace ya varios años.
Surgido de Argentinos Juniors y considerado por varios técnicos como uno de los defensores con mayor futuro del país, el cordobés de arribó a Boca en julio de 1998 junto a otras jóvenes promesas. Luego de casi un año desplegando su talento en la primera línea azul y oro, debutó en Primera división ante Unión por el Torneo Clausura 1999.
Aquel sábado del 19 de junio en tierras santafesinas, Boca igualó 2-2 con el Tatengue y el zaguero tuvo su bautismo de gol. Su actuación como titular despertó varios elogios y también miradas de algunos equipos importantes. Más allá de que en Boca esperaban tener un caudillo para rato, aquel empate en Santa Fe representó el único y último encuentro de Coloccini en el club.
En el 2000, su padre presionó para quedarse con el pase en su poder y, luego de varios cortocircuitos con la dirigencia, el defensor hizo valer la patria potestad para marcharse al fútbol italiano, más precisamente al Milan: “Él, su padre y sus representantes usufructuaron todo eso para irse al exterior de una manera poco ética”, aseguró en aquellos tiempos Mauricio Macri.
Hoy, más de 20 años después, la historia de aquel adiós por la puerta del fondo parece estar cerrada. Luego de defender el escudo de Boca, Colocha compitió en un sinnúmero de clubes: desde Alavés, Villarreal y Atlético de Madrid, pasando por Deportivo La Coruña y la Selección Argentina, hasta Newcastle, San Lorenzo y Aldosivi, con el que buscará arruinarle la noche del lunes al Xeneize.