El 28 de febrero en La Bombonera, en el partido entre Boca y Sarmiento por la tercera fecha de la Copa de la Liga Profesional, Eduardo Salvio debió ser retirado del campo de juego en el segundo tiempo, y al día siguiente se confirmó la peor noticia: se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda y debería ser operado quirúrgicamente.
El extremo se lesionó a los 25 minutos del encuentro frente al equipo de Junín, en una jugada donde ni siquiera tenía cerca un rival: mientras corría con la pelota dominada, intentó afirmarse para dar un pase y la rodilla le jugó una mala pasada, de forma antinatural. Inmediatamente lo subieron a la camilla y fue reemplazado por Agustín Obando.
El delantero tuvo que someterse a su segunda intervención quirúrgica en toda su carrera, la primera había sido en Portugal, cuando jugaba para el Benfica en 2015 y sufrió una lesión muy similar en su pierna derecha que lo mantuvo alejado varios meses de una cancha de fútbol.
Después de perderse la totalidad de la Copa de la Liga Profesional y la Copa Libertadores, los tiempos se aceleraron para el delantero y obtuvo una buena noticia: el martes 21 de septiembre Salvio recibió el alta médica y volvió a trabajar a la par de sus compañeros, seis meses y tres semanas después de haber sufrido la lesión.
El sueño del Toto era poder estar al menos en el banco en el Superclásico, en el cuerpo técnico no quisieron apurar su recuperación. Por eso, en el ensayo de fútbol previo al duelo ante Huracán, se lo iba a incluir para ver si está en condiciones de ser citado por Battaglia, pero tampoco lo fue y Salvio espera aparecer en las próximas fechas.