Está claro que Boca necesita incorporaciones de jerarquía para afrontar de la mejor manera la gran competición que es la Copa Libertadores. Miguel Ángel Russo, lo sabe. Juan Román Riquelme, lo sabe. Sin embargo, el Consejo de Fútbol tiene presente otra adversidad además del tire y afloje normal que hay en cada mercado de pases. El cupo para extranjeros es una limitación pensando en los refuerzos que quiere traer.
La ecuación es fácil. De acuerdo a los reglamentos de AFA y la Liga Profesional el tope permitido es de seis jugadores extracomunitarios por plantel. En pocos días, a partir del 30 de junio, Boca contará con cinco futbolistas extranjeros: Carlos Zambrano (Perú), Sebastián Villa, Jorman Campuzano, Edwin Cardona (colombianos) y Jan Hurtado, quien debe regresar al “Xeneize” al finalizar su préstamo en el Red Bull Bragantino.
El delantero Venezolano es jugador de Boca y cuando termine su participación en la Copa América, estará de nuevo en la Ribera. ¿Nos olvidamos de Frank Fabra? No. Porque el lateral no ocupa cupo debido a que obtuvo la ciudadanía argentina. En este sentido, también estaba en tratativas para obtener la nacionalidad Jorman Campuzano y así poder liberar otro espacio.
Aunque al mediocampista lo están observando desde el Galatasaray y Boca vería con buenos ojos dejarlo ir. Volviendo a Jan Hurtado, el “Xeneize” tendría que desprenderse del jugador, fuera de la Argentina, para que no ocupe un cupo. Igualmente, todavía no hay ninguna oferta concreta para evaluar la salida del futbolista pero lo más probable es que sea nuevamente cedido al exterior.
Claro. La lista de los refuerzos que quiere Boca está encabezada por el peruano Luis Advíncula y el delantero colombiano Roger Martínez. Y otro que tiene que volver de Portugal es Sebastián Pérez… Así las cosas, Boca tiene dos opciones: vender los derechos de algunos jugadores o ceder a préstamo a una liga que no sea la de nuestro país. De lo contrario se sigue complicando el panorama.
