Juan Román Riquelme volvió a quedar en el centro de la escena tras la derrota de Boca ante Gimnasia. El vicepresidente hizo bajar al plantel del micro que estaba por partir de la Bombonera y tuvo una reunión de emergencia para “felicitarlos”, aunque la situación abrió una enorme polémica con versiones y rumores sobre lo sucedido en el vestuario que el ídolo se encargó de desmentir.
“Si sale un amigo mío o me dice en la cara que lo defraudé, me pondría mal. Sé que ese amigo a mí me quiere y yo lo quiero. Si viene un familiar y me dice que lo defraudé, me pongo mal. Porque sé que ese familiar me quiere y yo lo quiero. Ahora si lo dice una persona que no tengo relación, no me causa nada“, le respondió Riquelme a Oscar Ruggeri.
“Vivo muy simple, me enseñaron a vivir de esa manera. No es tan difícil esto. Vivo tranquilo porque no le hago mal a nadie. Trato de ser simple cuando contesto, simple en mi vida y cuando una persona que uno no tiene relación sale a decir esas cosas, no me causa nada. Lo que dice este muchacho para mí no cuenta. Es tan simple como eso”, agregó el Vicepresidente.
En relación al cónclave con el plantel, y en sintonía con lo que declararon públicamente Carlos Izquierdoz y Sebastián Battaglia, Riquelme reafirmó: “Para mí no hay ningún lío. Yo al hotel no voy. No tengo porque tener vergüenza de felicitar a mis jugadores que los veo casi todos los días. Acá en el predio hablo siempre con ellos. Amé ser futbolista y amo a los futbolistas, los voy a cuidar siempre”.
“Los jugadores están bien, contentos. Ayer salió nuestro capitán a hablar. Después que hablamos en el vestuario, ya los muchachos comentaban a ver qué inventan los periodistas ahora. Ellos ya le agarraron la mano al juego y eso también está bueno. Tienen un grupo muy fuerte. Da gusto verlos trabajar”, manifestó Román poniendo en contexto la reunión después del partido.