El 20 de octubre de 2021, Boca quedó eliminado de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro, tras una serie polémica en ambos partidos. En Belo Horizonte fue donde se desató el problema, ya que al finalizar el partido se produjeron incidentes en el vestuario, en el cual jugadores, cuerpo técnico y dirigentes se cruzaron con personas de la delegación brasileña, junto a algunos policías.
Casi tres meses después, la Conmebol dio a conocer los fallos ante los jugadores e integrantes del Consejo de Fútbol y las noticias no fueron nada buenas. Carlos Izquierdoz, Cristian Pavón, Marcos Rojo, Diego Gonzáles, Javier Garcia y Sebastián Villa y los dirigentes como Marcelo Delgado y Raúl Cascini fueron sancionados de diferentes maneras, con suspensiones y multas económicas.
Si bien la idea del club es apelar para reducir buena parte de los castigos, lo cierto es que a casi una semana de la publicación del fallo, todavía no salió la respuesta oficial de Boca. El principal objetivo del club es reducir la sanciones más altas como lo son la de los dos defensores centrales y los dos extremos, que de continuar con esta multa se perderían toda la fase de grupos.
Recién una vez que el club reciba los justificativos de cada castigo, desde Boca enviarán la apelación, para lo cual tendrán un plazo de siete días desde que Conmebol le mande el detalle. Si bien no se sabe si la Conmebol y Alejandro Dominguez, reduzcan la sanción, el Xeneize primero se tiene que enfocar en ingresar a la Libertadores.
Puertas adentro hay quiénes no pueden dejar atrás el conflicto y siguen acumulando enojos. En Boca están muy molestos con Conmebol porque no hubo castigo para el presidente de Atlético Mineiro, ni para los árbitros de aquella serie. Consideran que los fallos y la implementación del VAR perjudicaron únicamente a un equipo.