Boca no tiene margen de error para clasificar a la Copa Libertadores 2022. Ni en el Torneo ni en la Copa Argentina. Por eso, la caída del sábado ante Gimnasia, fue un golpazo. Y alguien de mucho peso del club, como lo es Juan Román Riquelme impulsado por la desesperación propia, sintió que el plantel no debía dejar La Bombonera sin aclarar cosas.
“Si no corres ni metes ganas, fuiste. Y ellos lo saben. Es lo que tienen los que el sábado estuvieron enfrente y los que tienen los que enfrentas el miércoles: ganas”, es por ahí por dónde pasa el malestar y la necesidad de que reaccionen. Y agregaron: “Después se supone que, técnicamente, nosotros tenemos mejores jugadores con respecto a Argentinos. Ahora, si no corres ni la peleas, la pasas mal”.
A pocas horas de enfrentar a Argentinos Juniors, por una de las semifinales de la Copa Argentina, el líder del Consejo les exigió a los jugadores que bajaran del micro y volvieran al vestuario para una reunión. La salida del plantel al hotel era inminente, pero apareció un Riquelme que ya decía mucho con su actitud corporal: sin mate, mirada al piso y una caminata más acelerada que lo normal en él.
Lo que parece acertado por parte de Riquelme es haber hecho lo que sentía el mismo día del golpe: el equipo necesitaba algo interno que movilizara y les sacara rápido de la cabeza lo ocurrido ante el Lobo y la mala racha, a horas de jugar una final. De hecho, es lo que explican en el entorno del máximo ídolo de la historia del club.
El ímpetu y las ganas de ganar, esa materia innegociable que Juan Román Riquelme teme que vuelva a ausentarse en la Copa Argentina. “En el primer tiempo no hubo más que errores de Boca. Si no, cero peligro. Después tuvimos varias y, cuando no quiere entrar, te vas caliente” comentó el Diez, que se fue fastidioso como un hincha más.
