Es costumbre homenajear a los ídolos y las grandes figuras luego de su muerte. Sin embargo, uno de los pocos que fue (y es) homenajeado en vida es Juan Román Riquelme. El amor de los hinchas de Boca lo colocan como una de las máximas (sino la mayor) entidades de la institución. Por eso, un día como hoy pero diez años atrás, se inauguró su estatua de hierro.
La misma fue hecha por la escultora Elizabeth Eichhorn, quien también fue la encargada de realizar la de Diego Armando Maradona. Hoy por hoy, ambas estatuas se las puede encontrar en el hall central de la Bombonera, al cual se puede ingresar como socio o abonando el recorrido del Museo de la Pasión Boquense.
Aquel día, hubo una conferencia para presentarla de la cual participo Román. Como pocas veces, se lo vio muy emocionado y declaró: “Quedar inmortalizado en este club es mi sueño. Siempre fui hincha de Boca y para mi lo es todo”. La escultura mide 2.20 metros, al igual que la de Diego, y muestra un Riquelme con mirada desafiante, preparado para ejecutar un tiro libre.
“Nunca me imaginé algo como lo de hoy, es la emoción más grande como futbolista. Esto es demasiado para mí. No lo voy a poder olvidar nunca y mi familia tampoco. Vamos a estar eternamente agradecidos”, agregó ‘El 10‘, con la voz entrecortada y con lagrimas en los ojos. Riquelme pasaría a la inmortalidad desde aquel entonces. Y, seguramente, no tendría idea en el apoyo que recibiría al volver al club como dirigente.
“Nací bostero como mi papá y voy a morir bostero como todos ustedes. Siempre fui hincha de Boca y para mí esto lo es todo. Para mí ponerme la camiseta de Boca es igual de importante que la de la Selección. Es raro, pero es lo que me pasa”, sentenció aquella tarde. Hoy, una década después, su figura continúa agrandándose. ¿Logrará una segunda estatua como dirigente?