Una cantidad innumerable de futbolistas pasaron por el Club Atlético Boca Juniors en toda la historia del deporte en nuestro país. Y en particular, muchos de ellos tuvieron la suerte de ser parte de planteles en las últimas décadas que supieron alcanzar la gloria tanto a nivel local como internacional. Es por eso que muchos de ellos, con más o menos prestigio, tuvieron la suerte de dejar la institución con, al menos, una medalla colgada y un título en el palmarés.
Un caso que podría englobar todo esto es el de Víctor Omarzábal. Su nombre quizás no es recordado por los hinchas más contemporáneos, pero él puede decir que surgió en las Inferiores del cuadro Xeneize, pudo hacer su estreno en el año 2003 y fue parte de un título del club. Debutó luego de que el equipo gane la Copa Libertadores de ese año y salió campeón de la Sudamericana con el Chino Benítez de DT.
Poco después de aquel campeonato, el juvenil terminó dejando el cuadro de La Ribera y se marchó rumbo al Maccabi Haifa de Israel, además de tener una etapa en el fútbol español. Seguido de eso regresó al país, pero surgió una chanse insólita para jugar en Irak.
En una charla con Infobae en el año 2022, el propio Ormazábal reveló cómo surgió la posibilidad de ir a esta liga tan exótica: “Había firmado un contrato por seis meses. Pasaron cuatro y la Copa de Asia había concluido. Entonces, como el torneo local era muy cortado por el tema de la guerra, me cansé y hablé con el club para rescindir el vínculo“.
Finalmente, el pibe con pasado en Boca pasó a ser un trotamundos del fútbol hasta los 32 años, cuando decidió colgar los botines y tomar el mando de un negocio familiar: “Trabajo en una panadería, en La nueva Reina de San Isidro. Hace un par de años que dejé de jugar y nos fuimos de a poco acostumbrando a este laburo. Es una sociedad que tengo con mi cuñado“.
