Siempre es llamativo cuando ocurre que un futbolista en el ámbito argentino viste las dos camisetas más grandes: Boca y River. Sea en el orden que sea, que un profesional cruce la vereda de en frente en Argentina genera sentimientos encontrados, muy pasionales, con bronca de un lado, y hasta se ha llegado a ver el rechazo de aquellos fanáticos que ven llegar a quien fue su eterno rival en el pasado.
Esto, lógicamente, también puede ir de la mano con los rendimientos deportivos. Un futbolista puede no tener el mejor de sus momentos con un equipo. Pero luego, al cambiar de camiseta, la situación es otra, y poco a poco los títulos van alimentando ese sentimiento de pertenencia, así como también van ganándose la aprobación de los hinchas.
Un caso muy similar en ese sentido fue el de Juan Amador Sánchez, exdefensor que supo vestir ambas camisetas. Pero su primer gran salto fue con la camiseta azul y oro, aunque no le fue para nada bien. Ahora, en una charla con DSports Radio, recordó aquella época: “Ir a Boca me agarró de muy pibe. Cometí muchos errores, me comí el personaje. No hice lo que tenía que hacer, que lo hice después en River con 30“.
Tras su etapa en Huracán, el marcador central arribó a Brandsen 805 en 1986, pero no le tocó la mejor época futbolística del club, ni mucho menos, por lo que los resultados no ayudaron y al año siguiente tuvo que irse rumbo a Platense, para luego desembarcar en Núñez en 1990
Las diferencias entre sus etapas en Boca y River
Con la camiseta del rival de toda la vida permaneció dos años y ganó un título. Muy distinto a su etapa en la institución de La Ribera, llegando al equipo comandado en ese entonces por Alfredo Di Stéfano. Con la azul y oro únicamente disputó 18 partidos, no anotó goles y no ganó ningún campeonato, aunque esto cambió una vez se sumó a una eterna lista de futbolistas que vivieron de adentro tanto el Mundo Boca como el Mundo River.