En los últimos tiempos, con épocas masivas de redes sociales, se genera un relato de que La Bombonera se inunda siempre. Aunque esto está lejos de ser una realidad. El último encuentro de Boca suspendido en su estadio por torneos locales fue el 24 de Junio del 2000. En aquella tarde lluviosa ante Estudiantes, el xeneize no pudo tener su fiesta completa.
Vaya casualidad del destino. En aquella tarde Boca festejaba su tercera copa Libertadores tras el triunfo entre semana frente a Palmeiras. La tarde iba a tener una fiesta total, pero hubo una protagonista bastante indeseada: aquella lluvia que al igual que hoy fue el enemigo de un festejo interminable. De hecho, ese encuentro se jugó varios días más tarde: el 5 de Julio.
Este partido fue el último que no se alcanzó a disputar ni un minuto por certámenes locales. Después hubo otros casos a nivel internacional (la final de la copa Libertadores 2018). Si nos guiamos por los certámenes de la asociación del fútbol argentino, los encuentros iniciados con lluvia son muchos: el último ejemplo data del encuentro ante Argentinos.
Tras ese encuentro, Boca tomó una decisión bastante coherente con los tiempos que se viven: hacer obras para que el campo de juego no sufra las inclemencias del clima. El 5 de julio de este año, comenzó una de las etapas para el cambio en el sistema de drenaje. Sin embargo esa obra inicial no alcanzó para tapar los problemas actuales.
Luego de lo sucedido esta noche (pese a que ya estaba en los planes) se decidieron acelerar con la segunda etapa de esta gran obra. Hacer un cambio por completo para no volver a sufrir este problema. De hecho, la obra tomará un tiempo prudencial y Boca deberá buscar otro escenario para ejercer su localía. Pero la intención es que estas escenas formen parte del pasado.