Guillermo Fernández comenzó su historia en Boca desde las inferiores. En 2011 debutó con la camiseta del “Xeneize” y no se imaginaría lo que viviría en su carrera. Su regreso al club boquense en 2022 se vio envuelto en polémica tras su conflictiva salida previa.
Ahora, el volante, que nuevamente se irá libre, jugará su último partido con la camiseta azul y oro ni más ni menos que en La Bombonera, para luego emigrar al Fortaleza de Brasil donde comunicó, tiempo atrás, que iba a recalar y además el entrenador del equipo brasileño, confirmó hace unos días su llegada en enero.
“Pol” regresó oficialmente al cuadro de la Ribera en 2020. Llegó a préstamo desde Cruz Azul. Volvió al plantel para dar lo que no pudo en el 2013 cuando fue transferido a Rosario Central. Su arribo al elenco que preside Juan Román Riquelme generó ilusión, dado que con Miguel Ángel Russo desplegó buenas actuaciones y fue una pieza clave.
Es así que, tras los buenos rendimientos, la institución decidió adquirir el pase del mediocampista. Sin embargo, cuando parecía que estaba todo acordado, la entidad de Brandsen 805 se negó a pagar la cláusula de 7 millones de euros y comenzó a negociar con la “Máquina Cementera” un nuevo préstamo con una opción de compra. Esa postura generó que haya cambios en las pretensiones del contrato y dio inicio al conflicto entre el Consejo de Fútbol y el futbolista.
Boca emitió un comunicado donde informaba que el jugador decidió no continuar en la institución. Desde ese escrito, el mediocampista quedó colgado y regresó al equipo mexicano. Finalmente regresó en 2022 a cambio de 1.79 millones de euros.
Desde hace tiempo figura en la mira del hincha por malas actuaciones y en septiembre el volante emitió un comunicado en sus redes sociales aclarando su situación, en medio de los rumores de que había firmado un precontrato con Fortaleza. En el escrito, confirmaba que no iba a renovar su vínculo que vence el 31 de diciembre y seguirá su carrera en Brasil.
