En una reacción que tomó por sorpresa al Mundo Boca, Sergio Romero se tomó a golpes de puño con un simpatizante local luego de que algunos comenzaran a proferir insultos hacia los jugadores post derrota contra River en el Superclásico en La Bombonera por la fecha 15 de la Liga Profesional y se mostró arrepentido ante lo sucedido. “Quiero ofrecer mis disculpas al hincha de Boca por el final. Cuando el muchacho me putea, con la sangre caliente se me fue la cabeza. Ninguno sale un partido a perder. No se dio. No pude pensar en el segundo que me putean y se me fue la cabeza. Me puteó con tantas ganas que me encontró, se me fue la cabeza. Le ofrezco mis disculpas al hincha de Boca, están en su derecho de expresarse, debí dejar pasar e irme. Firmé recién la contravención y pedí disculpas”, declaró.
“En el primer tiempo se nos hizo difícil, no encontramos funcionamiento. En el segundo tiempo jugamos mucho mejor, creamos situaciones, pero lamentablemente no se nos dio”, analizó “Chiquito” el rendimiento de su equipo.
El altercado con la parcialidad local se produce en un momento en que los jugadores están cuestionados por su bajo nivel, porque Diego Martínez no demuestra una regularidad continuada en los partidos, porque el año deportivo del equipo azul y oro es pobre en cuanto a resultados y porque el único trofeo en disputa que tiene posibilidades de coronarse es en la Copa Argentina, con los cuartos de final contra Gimnasia y Esgrima La Plata en el horizonte, aunque sin fecha aún de disputa.
El “Xeneize” llevaba un invicto de veinte partidos sin caer en condición de local porque la última vez había sido, justamente, ante el “Millonario” por 2-0 en octubre del año pasado. Hay que tener en cuenta que el conjunto de Núñez era dirigido por Martín Demichelis, hoy con presente en Rayados de Monterrey en México, y el cuadro azul y oro había formado aquel día con una alineación alternativa puesto que tenía en el horizonte el objetivo de pelear por la Copa Libertadores.
