Hace tan solo algunos meses, River cambió su localía mientras el Monumental pasaba por una serie de modificaciones. Entre las tantas remodelaciones hechas en el estadio, aparece el nuevo campo de juego. Se trata de un césped híbrido, conformado por un 90% de pasto natural y un 10% sintético. Este detalle preocupa a Boca de cara al Superclásico.
Resulta interesante remarcar dos puntos que le dieron una mayor resistencia al césped. En primer lugar, el sistema de control de temperaturas que favorece la fortificación de las raíces. En segundo, la instalación a través de una tecnología de cosido realizada con maquinarias especiales, que logró una unión perfecta entre la parte natural y la sintética.
El motivo que alerta al Xeneize es que solamente el arquero Agustín Rossi conoce este nuevo campo de juego. Rossi estuvo presente en el enfrentamiento entre Argentina y Bolivia el pasado 9 de septiembre. En aquel entonces, debido a una lesión de Franco Armani, el “uno” del Xeneize fue convocado en su reemplazo y formo parte del plantel que venció a Bolivia 3-0.
Por estas razones, el club le pedirá permiso a River para realizar los ejercicios precompetitivos en el campo de juego. De esta manera, Boca buscará que los jugadores puedan acostumbrarse al terreno. El Xeneize ya experimento esta misma tecnología en La Plata, frente a Estudiantes. En aquella oportunidad el resultado fue adverso.
Lo cierto es que, más allá de no conocer el terreno de juego, todo indica que sus condiciones son excelentes. Lionel Scaloni, director técnico del seleccionado nacional, reconoció hace algunas semanas: “Da gusto jugar en una cancha así. Creo que es una de las mejores canchas del fútbol argentino”. A partir de estas declaraciones, el Xeneize confía e intentará asentarse rápidamente.