Todo aquel que ama estos colores soñó alguna vez con llevarlos en la piel. Y ciertas personas pueden cumplir ese tipo de sueños. Tal es el caso de Marcelo Weigandt, hincha de Boca desde muy chico y, a sus 21 años, jugador, el lateral derecho, el que quiso volver antes de su préstamo, el que la va a pelear… porque es un futbolista que tiene la pasión del fanático.
A la ya concretada transferencia de Nicolás Capaldo se suma que Julio Buffarini quedará libre a partir del 30 de junio y la casi inminente salida de Leo Jara… Por esto y por lo que mencionaba anteriormente, el Chelo volvió de su préstamo en Gimnasia a pesar de que le restaban cumplir seis meses de contrato e interrumpió sus vacaciones para regresar a Boca y a entrenarse en su club.
Ya acomodado en la institución, Weigandt pasó por el Canal de Boca y dejó en claro su fanatismo. Su familia bostera le transmitió esta herencia y a los tres años pisó por primera vez La Bombonera. Contó que el título que más disfrutó fue la obtención de la Copa Libertadores de 2007 y reconoció que el referente que tiene en su posición es Hugo Ibarra, quien formó parte de aquel plantel campeón.
Además sorprendió al comentar una situación extrema que vivió por amor al club y por ir a alentar con su papá. “Nos corrió una hinchada, la de Rosario Central porque nos equivocamos de entrada, los puteamos y nos empezaron a correr”, dijo entre risas al recordar ese gran hito de familia bostera.
Puesto a prueba en las doce preguntas xeneizes remarcó que el gol que más gritó fue “seguramente uno a River”. Admitió que al ser hincha y jugar en el club “lo vivís al máximo”. Y tranquilizó a quienes comparten su pasión el hecho de manifestar qué significa Boca Juniors para Marcelo Weigandt: “Es mi vida entera”. Boca lo quiso repatriar y lo va a ver disfrutar.