La inaceptable actuación en el partido de ida en Perú condicionó a Boca, que a pesar de tener chances claras para resolver la serie a su favor en los 90 minutos finalmente falló en los penales y quedó marginado de la fase 2 del repechaje de la Copa Libertadores con Alianza Lima, y también de la Copa Sudamericana, organizadas por la CONMEBOL.
El entusiasmo que se había generado en La Bombonera por el rápido 1 a 0 (Miguel Trauco, en contra) pronto decayó por el rápido empate de Hernán Barcos. Y aunque en el segundo tiempo llegó el 2 a 1 de Kevin Zenón y otras situaciones clarísimas (Edinson Cavani desperdició una situación manifiesta de gol de manera increíble sobre la hora y Milton Giménez metió un cabezazo en el travesaño sobre la hora), finalmente todo se definió por penales.
Ni la infrecuente modificación de Leandro Brey por Agustín Marchesin le salió bien. El ex Los Andes no pudo detener ni uno de los cinco remates del equipo peruano, mientras que Guillermo Viscarra le desvió el último a Alan Velasco. El “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” del final fue un canto de guerra de los hinchas en el Alberto J. Armando que otra vez estuvieron a la altura a la hora de alentar y se fueron muy golpeados por el resultado adverso.
Es un terreno desconocido a esta altura de la noche saber qué decisiones decantarán puertas adentro del plantel después de esta eliminación, que caló hondo y que diluye el máximo objetivo del club boquense en este año, que era jugar la fase de grupos del máximo trofeo continental, y que ahora sólo participará fuera de la Argentina cuando viaje a Estados Unidos a disputar el Mundial de Clubes.
Se verá entonces que decisiones tomará Fernando Gago en torno a su futuro, en el que se ha transformado en estos minutos transcurridos en desazón y tristeza y con incertidumbre de lo que pueda suceder en las próximas horas.
