Es extraño que un jugador de fútbol se gane el cariño de un equipo en el cual no vistió ni defendió su camiseta, pero si ese futbolista realiza una proeza futbolística para amargar a su rival de toda la vida y ese adversario es River y el protagonista en cuestión es Guillermo Farré, es menester que reciba halagos de parte de los simpatizantes de Boca.
Con su gol al “Millonario” en junio de 2011, que le permitió a su equipo, Belgrano de Córdoba, ascender a la Primera División del fútbol argentino y condenar al descenso al cuadro de Núñez. La otra cara de la moneda era el “Xeneize”, que se consagraba campeón de manera invicta, mientras que su archirrival caía en desgracia deportiva en aquella oscura temporada.
“Los hinchas de Boca con el tiempo me han ofrecido más cariño por ese gol teniendo en cuenta la disputa que ha sido perder la final de la Copa Libertadores con su eterno rival”, explicó el ex capitán del “Pirata” en una charla con el canal oficial de la Copa Libertadores.
“Es peor descender porque la final la podemos jugar en otro momento. El tema del descenso capaz que nunca más vuelve a suceder. Termina siendo un hecho más histórico el descenso que la final perdida”, se refirió a lo que implica perder la categoría y más en una institución tan grande.
Hoy retirado del fútbol, pero ligado a su pasión que es este deporte desde el lado de afuera dirigiendo a Sporting Cristal de Perú, el ex futbolista de Sarmiento de Junín se envalentona y se golpea el pecho cuando le mencionan aquella histórica Promoción y los fanáticos del elenco de la Ribera lo tienen muy presente porque alguien ajeno a sus colores pudiera mandar a la B Nacional a una entidad denominada grande y que esa mancha queda por vida en un currículum lleno de gloria.
Se verá entonces si aquellas batallas que libraba cuando se ponía los cortos y se calzaba los botines para medirse con sus cualidades de fiel guerrero que poseía se las puede trasladar a sus dirigidos en esta aventura que está emprendiendo.
