Sin lugar a dudas que la carrera de un jugador de la élite de Carlos Fernando Navarro Montoya estuvo plagada de éxitos y más defendiendo los colores de Boca, club en el que se consagró como ídolo, pero no todas fueron felicidades para él ya que trágicamente tuvo que atravesar la muerte de su hermano, Edgard Robert. Hoy dedicado de lleno a conducir a Santamarina de Tandil en el Federal A, el ex arquero del “Xeneize” y de Independiente, entre otros, rememoró recuerdos del pasado.
“A mí el Cai en un momento de mi vida me ayudó mucho. Yo tenía enfermo a mi hermano, que después murió. En ese momento, yo cometí errores alguna vez. Porque yo no estaba bien. Yo terminaba un partido y me ponía a llorar. Y lo sabe el Cai, pero la gente no”, señaló el “Mono” al recordar cómo su Director Técnico de ese entonces, Carlos Aimar, le brindó un gran respaldo.
“El entrenamiento era un escape. Era un buen diván para mi situación”. Su pariente, también jugador, padecía de leucemia y el guardameta contó a corazón abierto: “Mirá si será fantástico este juego. Luchó por un año y dos meses con la leucemia, y él quería salvarse para volver a jugar a la pelota. Él vivía para eso. Llegó un momento que a mi hermano lo pinchaban en el dedo gordo del pie porque no encontraban más lugar para pincharlo”.
A raíz de lo sucedido con su familiar, el guardavallas pidió que se humanizaran a los profesionales que se dedican al fútbol y que no se los tratara como héroes. “Yo soy hijo de futbolista, padre de futbolista, hermano de futbolista y yo tuve maestros de la vida que fueron futbolistas. A veces, entiendo desde el lugar que tengo ahora, que tengo que ser más tolerante con el error. Debemos. No tenemos que deshumanizar al futbolista”, explicó.
“Yo siempre digo: vamos a un baño como cualquiera, cuando vamos a jugar un partido, tenemos miedo como cualquiera. Y hay futbolistas que le tienen miedo al pelotazo. Tenemos que acabar con eso de la perfección del futbolista, del superhéroe”, cerró.
