Es cierto, todavía dura el sacudón de la eliminación en la Libertadores, el fracaso deportivo más importante de Boca en torneos internacionales. A partir de ahí, hay poco consuelo. Sobre todo, porque el andar de la Copa sigue clavando puñales, como que se dio en estas horas con el cruce entre Iquique y Alianza Lima, la serie que el Xeneize aspiraba a disputar. Pero ahora, para el plantel dirigido por Fernando Gago no queda otra que apuntarle al torneo Apertura, focalizarse ahí. Y en ese punto, el partido con Central Córdoba en Santiago asoma clave en varios sentidos.
El principal tiene que ver con la continuidad del técnico. Si Gago ganó otra vida contra Central, cuando su ciclo estaba en posición de jaque mate, una victoria este viernes le daría mucho más aire. Además, seguiría posicionando a Boca en lo más alto de la Zona A, que hoy lo tiene como escolta de los tres líderes, Estudiantes, Argentinos y Tigre. Pero hay más: un triunfo de visitante, también atacaría una vieja deuda que tiene el Xeneize en esa condición: flojo de delivery, sólo ganó siete de los últimos 30 partidos fuera de casa.

Pero más allá de esto, el equipo de Gago podría igualar una marca que hace mucho que Boca no logra. ¿Cuál? Alcanzar las cinco victorias al hilo en el campeonato local. Claro, la eliminación en la Copa corrió de escena el andar del equipo en el torneo, en el que ganó los últimos cuatro partidos seguidos: Independiente Rivadavia (2-0), Banfield (1-0), Aldosivi (2-1) y Central (1-0). Eso lo posicionó en el torneo y hoy lo tiene de manera holgada en zona de clasificación a los playoffs.
Por todo, si logra la quinta victoria consecutiva en Santiago, el ciclo de Gago alcanzará una marca que Boca no registra desde el 2022. En aquel momento, con Hugo Ibarra como DT (ex compañero de Pintita en sus comienzos en Primera), el equipo logró esa seguidilla que lo catapultó al título de ese campeonato.
Un registro no tan grato para Pintita
Es más, el equipo de Ibarra llegó a ganar seis encuentros al hilo, antes de empatar 2 a 2 con Independiente en esa definición infartante con el Racing de… Gago. Sí, en aquella última fecha, ambos llegaban con chances de ganar el título. Y la igualdad del Xeneize en la Bombonera le dio a la Academia la gran posibilidad: pero a los 90 minutos, el defensor Jonathan Galván falló un penal (en realidad lo atajó Armani, el arquero de ¡River!) y fue vuelta olímpica en el Templo xeneize.

