Goles, resultado cambiante y dos equipos que buscaron el triunfo hasta el silbatazo final, Las Gladiaroras lo tuvieron en la bolsa pero finalmente el Superclásico femenino no dejó un ganador, pero fue un Súper empate 2-2 en Casa Amarilla que los dejó con sensaciones encontradas por los vaivenes de un atractivo desarrollo y, sobre todo, las posibilidades que no aprovecharon en momentos puntuales del encuentro.
El madrugador gol de Kimberlyn Campos (no sólo por el horario del partido) marcó el ritmo de su clásico intenso. River salió a presionar de movida a Boca para impedir que comience a fluir su juego característico y dio de resultado de entrada, porque a los 3′ Ruffini falló en la salida, Barrionuevo soltó el pase de primera y la delantera venezolana, después de gambetear la veloz salida de Oliveros, definió de pierna zurda para abrir el marcador.
El Xeneize, sorprendido por la intensidad del equipo de Nicolás Loncharich en la primera mitad de los 45′ iniciales, fue pura posesión sin profundidad y el Millonario, de contra, tuvo una chance inmejorable en los pies de Laurnaga, quien, solita en el área, definió mal y su zurdazo se fue al lado del área. Esa acción que no fue el 2-0, sumado a que River sintió el desgaste, despertaron a las dirigidas por Florencia Quiñonez, que en una ráfaga de apenas cinco minutos lo remontó con Kishi Núñez como máxima responsable.
Con olfato goleador para capturar un rebote innecesario de Lara Esponda teniendo en cuenta que el remate de Troncoso se iba afuera y perdió la referencia del arco, la #11 igualó las acciones. Y después de una corrida a toda velocidad sacó el buscapié que la estadounidense Ormson empujó abajo del arco para anotar en su primer superclásico. Un gran lamento para River, que tuvo el 1-1 y Oliveros le ganó el duelo a Paz…
Cuando parecía que Boca tenía la mesa servida para festejar, sin derrotas como visitante en el superclásico desde 1994, River reaccionó. Porque si bien no pudo cortar esa racha que ya lleva 31 años, el ingreso de Mercedes Pereyra en el entretiempo fue determinante y la goleadora de 37 años aprovechó el pique a pura potencia de Campos desde mitad de cancha y definió con un toque sutil ante Oliveros.
Boca lo pudo ganar, pero Lara Esponda voló sobre su primer palo para desviar un potente remate de Kishi y González despejó una pelota con destino de red que se festejó como un gol. River también lo pudo ganar de contragolpe, pero le faltó la puntada final. No hubo festejos, memes ni gastadas, pero fue un superclásico en el que los hinchas, más allá de la rivalidad, compartieron los aplausos.
Los goles en el Super
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