La reciente (y muy polémica) derrota del Boca de Fernando Gago ante Racing en el Cilindro de Avellaneda abrió una herida que parece difícil de volver a cerrar. Hay mucho malestar y preocupación puertas adentro, tanto por los malos arbitrajes que perjudican al equipo, como también por el flojísimo rendimiento que muestra un plantel que ahora ya no tiene la excusa de la falta de jerarquía, luego de un mercado de pases en donde se pisó el acelerador a fondo.
Sí, solo van cinco partidos en lo que va del año. Pero este malestar que hay en el Mundo Xeneize es algo que arrastran los hinchas desde hace ya varios años. Los malos arranques campeonato tras campeonato son ya una maldición para el equipo de La Ribera ya que, en los últimos años hay una coincidencia, y esa son las dudas en los armados de los equipos, y los jugadores que se mantienen muy por debajo del nivel.
Y ahora, el Torneo Apertura 2025 no fue la excepción. Los planteos tácticos de Pintita no vienen dando sus frutos, y los hinchas ya empiezan a perder la paciencia cuando ven las formaciones partido a partido, con la presencia de futbolistas que hace tiempo que ya no merecen vestir la camiseta del Único Grande. Esto desemboca en flojos partidos y malos resultados que, a la larga, perjudican al club en lo que se refiere a los objetivos finales.
De 2022 a la actualidad, Sebastián Battaglia ha sido el único entrenador que fue la excepción a la regla, comenzando bien el año pero luego perdiendo el rumbo. Luego, Hugo Ibarra en 2023 tuvo muchos altibajos, malos planteos tácticos y un plantel que se derrumbó con el paso de los meses, dejando lugar a un Jorge Almirón al que le fue bien en la Copa Libertadores, pero fue un desastre en el ámbito local y condenó a Boca a jugar Sudamericana.
Ahora, Gago debe romper una maldición que siguió también con Diego Martínez y un 2024 de pura incertidumbre. El actual DT tiene mejor plantel, y necesita, urgente, cambiarle la cara al Xeneize.
