Sí bien lo económico es el plan sustentable de una institución, en el último tiempo Boca ha hecho una caja grande con las ventas de sus jugadores perono ha desembolsado en fichajes a la altura de sus ingresos.
Es por eso que los hinchas, luego de acompañar al club boquense en un año muy flojo, sin festejar títulos, están a la espera de nuevos refuerzos top de cara al 2025. Dinero para negociar hay.
Ezequiel Fernández – 18 millones de dólares al Al-Qadisiyah (Arabia Saudita)
Aaron Anselmino – 18 millones de dólares al Chelsea (Inglaterra)
Cristian Medina – 15 millones de dólares al grupo inversor de Foster, jugará en Estudiantes de La Plata
Luca Langoni- 7.5 millones de dólares al New England Revolution (Estados Unidos)
Valentín Barco – 10 millones de dólares al Brighton (Inglaterra)
Alan Varela – 9 millones al Porto (Portugal)
Mateo Retegui – 9.5 millones al Genoa (Italia)
Luis Vázquez– 5.5 millones al Brujas (Bélgica)
En los últimos 18 meses, el monto total de las ventas que realizó el elenco azul y oro es de más de 90 millones de dólares.
Cristian Medina no irá a Turquía y tampoco jugará en el Inter Miami ni ningún club del Brasilerao: Estudiantes de la Plata, será su nuevo hogar a partir del 2025 para la sorpresa de todos.
El mediocampista que fue apartado del plantel por decisión de Fernando Gago, tras manifestar ser vendido y no jugar en el equipo, fue quien ejecutó la cláusula de 15 millones de dólares a través del grupo que nuclea el nuevo socio comercial de Estudiantes de La Plata: Gillet Foster, el empresario que recientemente firmó un acuerdo para involucrarse en el equipo platense.
De esta manera el “Xeneize” aseguró una nueva venta millonaria a pesar de lo dramática que se volvió la situación en los últimos meses: el jugador irá 6 meses al plantel “Pincharrata”y luego su destino estaría en Europa.
Esto comprueba que en el campeonato económico la entidad que preside Juan Román Riquelme lo ha ganado de manera holgada y alcanzando un superávit como no se veía en el club en años y sin deudas como llegó a decir el propio Román cuando regresó al equipo como dirigente.