Es sabido que Sergio Romero el experimentado arquero de Boca, es una persona que le gusta resguardar su intimidad, no es de mostrarse todo el tiempo en las redes sociales pero si la persona es de su agrado y respetuosa con el, no tendrá problemas en abrir su hogar. Este fue el caso que ocurrió con su tatuador, Ezequiel Gutwein, que vive en Bariloche y viaja de vez en cuándo a Buenos Aires y alrededores para tatuar a las grandes figuras del fútbol argentino. No solamente en Buenos Aires realiza su trabajo, también de donde sea el cliente y obviamente se llegue a un acuerdo con el artista.
En su visita a la residencia Romero, lo sorprendió la calidez humana de la familia, la sencilles y demás atributos muy positivos al respecto. El artista tuvo un enorme trabajo sobre la espalda del arquero Xeneize, donde tapó un viejo tatuaje del guardameta tenía en su espalda por este enorme y espectacular tatuaje que con solo verlo te hipnotiza.
Algunos pensarán que la visita duro unas horas pero no es nada de esa forma, la tardanza fue de tres días desde el comienzo hasta el gran final. A propósito de su estadia tuvo una entrevista con el Diario Deportivo Olé donde declaró, “La familia es una familia como cualquier otra, tranquilos. Comimos ahí, Eliana cocinó un rissotto y de fondo por momentos estaba Gran Hermano, que es donde trabaja ella. Tomamos mate, buena onda”.
Después comentó la razón o significado por la cual Sergio Romero decidió tatuarse de esta forma, “Un día antes de empezar, estuve en la casa por primera vez para decidir y diseñar. Lo que Chiquito quiso representar con el dibujo es a su familia. Él como el león protector que está atrás de todos, pero también es importante Eliana, que es la que lleva todo adelante. La leona, que maneja todo en la familia. Y están los cachorritos, que son los cuatro hijos, más juguetón uno, más travieso otro, una más tranquila y así…”, describe.
Por último se le preguntó sobre la postura fisica de Romero, en cuanto lo fisico en si, lo espiritual y objetivos, “A Chiquito lo vi bien. Se tonificó mucho, está impecable. Y está mentalizado: a la noche, por ejemplo, no iba a cenar. Y está entrenando aunque sean vacaciones. Porque está motivado en volver a tener un buen año. Tanto que me dijo ‘yo tengo la esperanza, con una buena pretemporada, hasta de volver a la Selección’ “, confesó.
Los selectos clientes con los que pudo contar a través de los años
Ezequiel lleva más de 15 años trabajando en el rubro, y desde hace un tiempo que es requerido por futbolistas. El primero fue Paulo Díaz y se fueron sumando. En este último viaje, por ejemplo, aprovechó para cumplir el pedido de varios jugadores de Racing (Agustín Almendra, Gastón Martiarena, Nazareno Colombo), que querían dejar sellada en su piel la Copa Sudamericana obtenida a fines de noviembre en Paraguay. De Boca, ha sabido tatuar a Equi Fernández, a Cristian Medina y -un tiempo atrás- a Walter Bou cuando jugaba en el club.
La importancia de su técnica y lo complicado de estos tipos de tatuajes (el de Romero)
Sobre la obra de arte realizada en el cuerpo de Chiquito Romero, explicó en la nota, “No es común hacer un tatuaje así en dos jornadas, pero yo sé dónde se puede empezar y cómo seguir. Por ejemplo, las zonas que más duelen son las lumbares, por eso hay que hacer todo ahí el primer día y no tocar más. Para el segundo día es mejor los omóplatos, y así se va definiendo también el dibujo y cómo ir armándolo. El león, que está atrás de todo, lo hicimos el segundo día, porque primero hay que hacer todo lo de adelante”, sentenció el joven.
Por último se le preguntó por el tiempo de recuperación que necesitará Chiquito después de prestar su cuerpo para este estrés que significa un tatuaje de tal magnitud y cual era el anterior tatuaje que fue tapado, “un trabajo así lleva aproximadamente 10 días de recuperación. Pero bien. Por eso estaba bueno hacerlo ahora y aprovechar que no tiene que ir a entrenar, que se quedó con su familia en Buenos Aires por el trabajo de su mujer y se puede cuidar. Para el 2 de enero él me dijo que tenía que estar listo y llega bárbaro”.
Con respecto al anterior tatuaje que se decidió ocultar responde, “es un viejo Padre Nuestro que -primero- no iba a quedar bien y estaba torcido, además de tener un trazo grueso y ya estaba como ensanchado, no se entendía. Ya quedamos que vamos a volver a hacerlo pero bien, con un pergamino, otra cosa”.