Llegaba el final del año 2004, Miguel Ángel Brindisi había dejado del cargo de entrenador después de perder el Superclásico 0-2 en la cancha de River a mediados del Torneo Apertura y Boca decidió poner a Jorge “Chino” Benítez en el cargo como director técnico interino de Primera hasta decidir como proceder. El Chino en ese momento era el técnico de la quinta división del club en inferiores.
Benítez fue un volante aguerrido de buen pie, con estilo y a la vez garra, un clásico en esa época (1970-1980), se encargó enseguida de acomodar las piezas para avanzar en la competencia que quedaba en pie, la vieja Copa Sudamericana que se jugaba entera en mata mata. En ese entonces Boca era el subcampeón vigente de la Libertadores, el equipo se recuperó y avanzó hasta llegar a la final, la cual tendría su partido de ida apenas tres días después de aquel domingo 5 de diciembre en el que tomaría otra decisión determinante para la historia del club.
Es que ese día, por la fecha 18 del Torneo Apertura y en la previa de un viaje a La Paz para jugar ante Bolívar, Boca jugaba ante Quilmes y entonces el entrenador decidió llevar un equipo alternativo. Entre algunos de más experiencia y pibes con algo de rodaje en el primer equipo, se la jugó por un 5 que conocía bien de su categoría. Uno que jugaba como pocos y al que le dio la confianza de sus primeros 90 minutos con la camiseta de sus amores: Fernando Gago.
“Lo llevé por sus condiciones de buen distribuidor. Él la daba redonda, clara. Y rompía líneas con sus pases”, declaró Benitez con Olé. Boca ese día logro un trinfo con un gol solitario de penal de Franco Cangele por 1-0. Después agregó, “Yo lo tuve en la Quinta y fuimos campeones, pero en Primera traté de marcarle cosas a partir de la experiencia, como ir a espacios más cortos a recuperar”,
Mas adelante habló de las virtudes de Gago, “Era un virtuoso, muy inteligente. Pero era muy flaquito, entonces me acuerdo que vino José Malleo (cooordinador del fútbol juvenil) y me pidió que convenciera a Jorge (Griffa) para que lo aceptara. Porque a él lo conformaban más los más corpulentos. Y así fue como conseguimos que Fernando se quedara un año más”.
Ya cuándo arrancó de nuevo el futbol local, Gago era un usual participe del once de arranque del equipo con Benítez a la cabeza en especial aquellos partidos donde debía rotar y por último sumo, “Él escuchaba y aprendía mucho, tenía voz de mando, entendía el juego. Yo le decía a Guly (Andrés Guglieminpietro), que le pasara por atrás, que Gago se la iba a dar justa a la pelota”.