La temporada deportiva de Boca está llegando a su fin y, tras haber quedado eliminado anoche de la Copa Argentina a manos de Vélez Sársfield por 4-3 en el Mario Alberto Kempes de la provincia de Córdoba, este año culminará sin haber ganado siquiera un título, por lo que habrá que remontarse a 2016 para encontrar la última vez que le había sucedido algo semejante.
Excepto en el ámbito internacional donde como máximo alcanzó la final de la Copa Libertadores en 2023, pero terminaría cayendo con el Fluminense de Brasil en el tiempo extra en el Maracaná de Río de Janeiro, en los campeonatos locales el elenco boquense ha descollado y obteniendo trofeos de distintos formatos desde 2017 en adelante y con pandemia incluida porque hay que recordar que se disputó la Copa Maradona en 2021 en honor al fallecido futbolista y la terminó conquistando el “Xeneize” ante Banfield en la definición desde el punto de penal.
Desde que Juan Román Riquelme se dedicó a regresar al club en el rol de Vicepresidente segundo y luego ser Vice primero tras la renuncia de Mario Pergolini a su cargo y secundar a Jorge Amor Ameal que no le ocurría algo parecido y hay que remontarse hasta aquella temporada para no cosechar ninguna conquista a nivel profesional.
Está claro que para un club de tamaña envergadura como lo es el conjunto azul y oro es un fracaso rotundo y podría agravarse si no consigue la meta de clasificar a la Libertadores de 2025 ya que está pendiendo de un hilo y no depende de sí mismo para lograr el pasaporte al máximo torneo continental.
Se verá entonces qué conclusiones sacan puertas adentro Román, los miembros del Consejo de Fútbol, el Director Técnico, Fernando Gago, y los jugadores ya que todos son responsables directa e indirectamente de esta sequía ganadora que tuvo la institución de la Ribera durante todo este año en el que estuvo lejos de competir como la historia y el escudo lo demandan.
