Ahora que River fue eliminado anoche en las semifinales de la Copa Libertadores a manos del Atlético Mineiro de Brasil en el Monumental, para la algarabía de los hinchas de Boca que celebraron con memes y reacciones de todo tipo en las redes sociales e Internet la eliminación de su archirrival.
Dada la alegría deportiva ajena y la frustración y la desazón en el ámbito deportivo para el conjunto de la banda roja, para el “Xeneize” sería coronar un buen año poder levantar la Copa Argentina y lograr la clasificación al máximo trofeo continental del año que viene, uno que tuvo que ver la presente edición por televisión para el malhumor de sus simpatizantes.
Para ello, los dirigidos por Fernando Gago tendrán la imperiosa misión de superar en la instancia de los cuatro mejores de la copa nacional al puntero de la Liga Profesional, Vélez Sársfield, un escollo por demás complicado ya que el sistema táctico que utiliza y la estrategia que emplean están aceitados, no es casualidad que hayan llegado a esta fase.
La contracara es el elenco azul y oro que tiene un plantel diezmado por las lesiones y otras causas extra deportivas y no logra enhebrar o conseguir una seguidilla de partidos consecutivos jugando de la manera que pretende “Pintita” y los bajos rendimientos en algunos referentes generan que se tenga que decantar por otros valores que, si bien están preparados para vestir la camiseta azul y amarilla, lo cierto es que no tienen la trayectoria o las batallas en el lomo para volverse protagonistas fundamentales, por ende les calza mejor ser actores de reparto e ingresar desde el banco de suplentes.
Sin embargo, un hipotético traspié en el segundo campeonato local en importancia sería un mazazo para las aspiraciones del Director Técnico de la institución de la Ribera porque comenzaría condicionado a planificar un plantel con futbolistas de jerarquía y tener que volver a presenciar desde la pantalla cómo otros participan del certamen organizado por la CONMEBOL.