Boca visitará este sábado desde las 17:00 a Racing en el Cilindro de Avellaneda por la fecha 14 de la Liga Profesional y, siete días más tarde, será nada más ni nada menos que el Superclásico ante River en La Bombonera, dos partidos que podrían marcar a fuego el futuro de Diego Martínez bajo la conducción “Xeneize”.
El Director Técnico sabe que hay más que seis puntos en disputa y que, de salir victorioso y conseguir un pleno de puntos, podrá sostener la pelea por el campeonato hasta el final. De lo contrario, si los resultados no llegaran a ser óptimos, los murmullos en cascada empezarán a bajar desde la bandeja principal donde se suele colocar la “12”.
Es cierto, aún continúa con vida en la Copa Argentina y está tercero en la tabla anual, clasificándose, hasta el momento, a la próxima Copa Libertadores, objetivo más que fundamental para un club que ha convertido ese trofeo en su obsesión.
Haberse despedido tempranamente en los octavos de final de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro en la definición por penales le ha dejado casi sin margen de error llegar con aspiraciones de competir por los dos torneos que le quedan y más teniendo en cuenta que su archirrival River está en cuartos de final de la Libertadores y se medirá ante el Colo Colo de Chile conducido por Jorge Almirón.
El ciclo de Diego Martínez, a espejo de sus predecesores
En Boca no se toleran las derrotas ni los fracasos deportivos y es por eso que los procesos no suelen durar más de un año. Casos testigos y recientes son los de Sebastián Battaglia, Hubo Ibarra y Jorge Almirón, que decidió marcharse pese a haber llegado hasta el final del máximo torneo continental, pero las finales están para ser ganadas y eso lo tienen muy en claro en una institución tan grande como lo esla azul y oro.
El ex conductor de Tigre, entre otros equipos, cuenta el respaldo de la dirigencia y jugadores, pero ante dos inesperadas derrotas, ¿qué ocurrirá con ese respaldo?
