A principios de mayo, Mauro Zárate le solicitó a la dirigencia Xeneize su desvinculación. Sorpresivamente, el exVélez decidió finalizar su contrato seis meses antes de lo estipulado. Incluso, se retiró del club antes de finalizar la fase de grupo de la Copa Libertadores y la participación en la Copa de la Liga. Casi un mes más tarde, Pablo Lisotto, periodista de La Nación, develó algunos detalle de su paso por el club.
Zárate llegó al Xeneize a mediados de 2018. En medio de una polémica, el jugador decidió no fichar por el Fortín para llegar a Boca. Mauro era ídolo y figura en Liniers, por lo que su llegada al club de la Ribera significó ganarse el odio de los hinchas de Vélez. También, perdió apoyo de gran parte de su familia, muy vinculados con el Fortín todos ellos. Zarate dejó todo por un desafío personal: brillar en el más grande de la Argentina.
Pese a su entusiasmo y sus ilusiones, el paso por el club no fue el mejor. Su bajo rendimiento lo llevó a no ser considerado ni por Guillermo Barros Schelotto, ni por Gustavo Alfaro, siendo relegado al banco de suplentes. Esto habría molestado al jugador y, según cuenta Lisotto, a gran parte del plantel. “No lo aguantamos más“, le habría dicho el plantel a Alfaro sobre Zárate, a fines de 2019. ¿Por qué motivo?
“La gota que rebalsó el vaso se había empezado a derramar el viernes 22, tres días antes de aquel partido con Unión. Al recibir la pechera que lo ubicaba como suplente en la práctica de fútbol, su humor cambió. El delantero acusó por la tarde una molestia muscular que ningún integrante del cuerpo médico pudo comprobar. Así, se automarginó del encuentro con el Tatengue. No toleraba más calentar un lugar en el banco. Quería ser titular“, relata La Nación.
Tal hecho molestó a los jugadores y cuerpo técnico. Ante esta situación, Zárate estaba con un pie fuera de Boca, sin embargo, días después se confirmaría la llegada de una nueva comisión directiva y de un nuevo entrenador. Esto renovó las energías del jugador, quien se quedó con la esperanza de tener más minutos. Muy a su pesar, nunca cumplió las expectativas y terminó saliendo por la puerta de atrás.