Ander Herrera emprenderá su viaje hacia Argentina para ponerse desde la próxima semana la camiseta de Boca. Y como el personaje en cuestión tiene un arraigo muy fuerte en su tierra, la valoración de alguien que conoce bien el sentimiento vasco es palabra autorizada para definir este pase, poco habitual en el mapa global de los mercados de pases.
Andoni Bombin Garrido es formador, de profesión y de vocación. En su currículum, además de sus años trabajando en el Athletic de Bilbao y promoviendo -entre otros- a los hermanos Iñaki y Nico Williams, tiene en la actualidad su lugar permanente en Quito, Ecuador. Allí trabaja en la formación de los jóvenes talentos que llegan para crecer y consolidarse en Independiente del Valle, esa universidad del fútbol que desde hace años revoluciona al fútbol sudamericano.
El histórico formador estuvo en diálogo con el Diario Olé desde el final de su jornada laboral en Polonia, donde pasa unos días por uno de esos congresos que lo tiene como fuente de exposición y consultas de sus conocimientos. “Día frío, acá el invierno sí que pega duro”, cuenta, ya de regreso en el hotel donde se aloja.
“Es un buen reto para Ander dar este salto en su carrera, y es lógico que el Athletic le permita salir. Él ya ha hecho suficiente por el club, y hasta lo eligió para volver cuando dejó PSG”, arranca Andoni al ser consultado por la importancia del salto de Ander desde Europa hacia el fútbol sudamericano. “En Sudamérica se juega a otro ritmo, más bajo. Y no es más físico, sino que es más de contacto, más intermitente que en Europa, que es más rápido y directo. Pero él se va a adaptar bien, porque es inteligente”.
La marca indeleble del Athletic
“El Athletic es diferente, genera un sentido de pertenencia, un vínculo que afecta la personalidad. Un intangible que el jugador reconoce y lo hace parte de su diferencial. Le da un bagaje más grande que cualquier entrenamiento o incluso entrenador. Eso mismo lo va a llevar toda la vida, como (Íker) Muniain. Es un valor que le da un plus mucho más grande”, explica, dándose él mismo el pie para su propio cierre.
“No tengo dudas que eso lo replicará en Boca, donde ya mostró él que su sentido de pertenencia lo replicó con esa camiseta en Argentina. Si ha decidido ir es porque se sentirá con energía de sumar. Sabe la responsabilidad que tiene, lo grande que es y que puede alargar su carrera no solo este año. No va a ir solamente por una retirada gloriosa”, completa Bombin. Y se despide, agradeciendo el contacto y dejando un deseo para lo que viene… “Poder darme una vuelta por Buenos Aires y pasar a ver fútbol, que es un gusto que todavía no me he dado en persona”. Lo recibirá el fútbol, por supuesto. Y un Ander Herrera con el que lo une el sentimiento por el Bilbao y la pasión por la pelota.