Un 27 de octubre pero de 2002, Boca le ganaba 2-1 a River en condición de visitante. Los goles del xeneize fueron marcados por Marcelo Delgado, mientras que para el local había empatado transitoriamente Esteban Fuertes. Fue en el marco de la fecha 14 del torneo apertura y el conjunto boquense le sacaba las chances a River de ser campeón. La popular y la platea que le asignaron a la visita estaba totalmente repleta, siendo una verdadera fiesta.
El equipo era dirigido por Óscar Washington Tabárez y formó de la siguiente manera: Abbondanzieri; Ibarra, Crosa, Schiavi, Burdisso, Clemente Rodríguez; Cascini, Battaglia, Tévez, Barros Schelotto y Delgado. Ese campeonato, Boca lo pelearía hasta el final con Independiente, pero finalmente el rojo sería quien se consagre campeón.
En el banco de suplentes xeneize estaban: Wilfredo Caballero, Gustavo Pinto, Matías Donnet, Ezequiel González y Héctor Bracamonte. A falta de 10 minutos para el cierre del cotejo, apareció nuevamente Delgado para poner el 2-1, y desatar la locura de todos los bosteros presentes en el monumental. Sin dudas será un triunfo muy recordado por el hoy integrante del consejo de fútbol.
Por su parte, River estaba dirigido por el chileno Manuel Pellegrini y alineó a estos once titulares: Comizzo; Garcé, Ayala, Demichelis, Rojas; González, Astrada, Zapata; D´alessandro, Cavenaghi y Domínguez. Desde el banco de relevos ingresaron Esteban Fuertes, Guillermo Pereyra y Nelson Cuevas.
Fue un partido muy luchado, típico de un superclásico argentino. Boca venía de conquistar dos copas libertadores, mientras que River solo se abocaba al torneo doméstico. El xeneize al año siguiente volvería a conquistar américa, de la mano del virrey Carlos Bianchi. En ese entonces había dos clásicos, el del torneo apertura y el clausura, hoy en la Liga Profesional puede variar el orden.
