En los últimos minutos del primer tiempo, Boca había insinuado sobre todo en los tramos finales, un poco más de empuje había mostrado las ganas para incomodar a Rosario Central. Esta teoría se empezó a confirmar en la parte complementaria. De hecho, a los 5 minutos y nuevamente en un balón detenido Carlos Izquierdoz se impuso para anotar el primero.
Aunque previo a eso Sebastián Battaglia había dispuesto algunas modificaciones para corregir el primer tiempo en cuanto a las coberturas. De hecho sacó a Eduardo Salvio e ingresó Juan Ramírez en su lugar. Aunque por esos ajustes tácticos no llegó la apertura del marcador. Sino que lo hizo a través de una vieja fórmula. El centro al primer palo.
Luego del gol Boca empezó a sentirse mucho más cómodo y con una dosis mayor de confianza. De hecho, ante esto Sebastián Battaglia dispuso que ingrese Aaron Molinas en lugar de Diego González. Con este cambio, Boca tuvo mayor y mejor circulación de la pelota. De hecho, casi no sufrió Agustín Rossi ni tuvo grandes atajadas.
Boca necesitaba un cambio de aire fresco, principalmente por lo hecho en gran medida en el primer tiempo. De hecho estuvo muy aislado Darío Benedetto, aunque también tuvo que retroceder dado que no le llegaba el balón. Durante este segundo tiempo los laterales tuvieron una influencia baja en ataque. Al contrario, todo el juego pasó por el centro del campo.
Aunque también es cierto que Boca es un equipo de poco gol, por las escasas oportunidades que genera en cada encuentro. Sin embargo la sensación que deja Sebastián Battaglia es la de pretender un equipo de ataques rápidos. Aunque está claro que tampoco tiene el material para refugiarse defensivamente. Pero está claro que de a poco se va consolidando lo que pretende el técnico.