En el último torneo de la Liga Profesional argentina, Boca ha tenido una gran deuda. Es que no ha podido vencer a ninguno de los cinco grandes, y no pudo imponerse en ninguno de los encuentros. Esto evidenció las dificultades que se le vienen presentando para imponerse en los clásicos. Perdió con San Lorenzo (con la reserva) River e Independiente, mientras que solo empató con Racing sin tantos.
Contra el ciclón afrontó el partido con la reserva, dirigida en ese entonces por Sebastián Battaglia. A pesar de hacer un gran esfuerzo, muchos estaban fatigados por jugar 3 partidos en menos de 5 días. Cayó 2-0 en la Bombonera, pero los pibes demostraron estar a la altura. En la fecha 9 jugó contra la academia también como local, pero fue un 0-0 realmente aburrido.
Después le tocó visitar a River Plate en el monumental. El cotejo inició parejo, pero rápidamente se quedó con 10 tras la expulsión de Marcos Rojo. Allí el partido se quebró, y fue superado ampliamente. Debió haber perdido por más goles, aunque solamente fue 2-1. Un verdadero paso en falso de un equipo que se preocupó más por no recibir una goleada, que en ir a buscar el empate.
El último clásico fue ante Independiente hace dos días. El entrenador sorpresivamente realizó 7 cambios implementando una curiosa rotación. Si bien no mereció perder, el rojo lo madrugó y después no tuvo la eficacia para concretar las situaciones que generó. Terminó perdiendo 1-0 y fue un mal resultado pensando en la clasificación a la Copa Libertadores.
Recordemos que en las últimas dos Copas en las que se enfrentó contra River, lo eliminó por penales (Copa Argentina y Copa Superliga). Después de eso parecía haber encontrado nuevamente la mística que el xeneize supo tener sobre su clásico rival. Sin embargo, fue a visitar al millonario en su cancha y la imagen que dejó fue realmente muy pobre. Es algo que deberá cambiar pensando en el año próximo.