Ante la derrota sufrida esta noche ante Independiente hay que saber observar el vaso medio lleno. Boca sigue dependiendo de si mismo en la clasificación a la Copa Libertadores. Aunque sus perseguidores se le pusieron muy cerca, el equipo que dirige Sebastián Battaglia debe ganar sus próximos dos compromisos para obligar a sus rivales.
Con la victoria de ayer de Estudiantes de La Plata, el elenco xeneize está ubicando el último lugar en los puestos de clasificación. Si solamente nos guiamos por la tabla anual, Boca estaría ingresando a la zona de repechaje. Aunque también hay que esperar lo que suceda con la copa Argentina. De ganar ese certamen, irá a la fase de grupos.
La derrota de Talleres también le permitió a la institución acercarse al cuarto puesto. Está a dos puntos del elenco cordobés cuando quedan 9 puntos en disputa. También es real que Boca tiene de sus competidores, el calendario más accesible en cuanto a los rivales que debe enfrentar. Además, tendrá dos encuentros en condición de local.
Una victoria de Lanús (que juega hoy) también lo ubicaría en la misma posición que Estudiantes, a tan sólo una unidad de Boca. Pero eso no debe ser una preocupación dado que el equipo xeneize sigue dependiendo de los resultados de sus propios partidos. En un momento caliente de la temporada, es una noticia que trae un alivio ante tanta crítica.
Parece poco pero Boca está a cuatro encuentros de cerrar un año bueno. Sin lugar a dudas que la final de la copa Argentina es el partido más importante. Pero previo a eso tendrá dos partidos sumamente accesibles. Sumando esas 6 unidades obligará a sus rivales a ganar todos los encuentros. Algo que está a altura, y por la irregularidad parece sumamente imposible.
