El calvario de las lesiones no tiene fin para Nicolás Orsini. Cuando finalmente había ganado rodaje y se encaminaba a ser el delantero de Boca y de referencia para Sebastián Battaglia, un desgarro muscular en el bíceps lo alejó de las canchas. Cuando todo parecía quedar atrás y estaba cerca de sumarse al grupo para volver a disputarse un lugar en el equipo, se resintió y así recibió un nuevo golpe.
Ya desde su llegada al Xeneize, allí por julio de este año, los problemas físicos fueron un dolor de cabeza recurrente que apenas lo dejaron disputar 10 partidos y convertir un gol. A su vez, en esa cantidad de encuentros, hay un dato particular: en ninguno logró completar los 90 minutos y en cuatro de ellos incluso tuvo menos de 35 minutos de juego.
Primero, una lesión en la rodilla que lo afectó durante más de un mes prolongó su debut. Una vez que pudo hacer su estreno con la camiseta azul y oro, en el primer cruce ante Atlético Mineiro por la Copa Libertadores, el camino parecía allanado para el potente delantero; no obstante, después de dos encuentros, Orsini presentó una sinovitis postraumática y otra vez estuvo ausente durante un largo tiempo.
Cuando se recuperó, comenzó su mejor racha con la casaca de Boca: desde Atlético Tucumán, sumó cinco partidos al hilo como titular y con Colón marcó su primer gol que le dio la victoria al Xeneize. Sin embargo, en ese camino de subida, la alegría duró poco: al día siguiente del triunfo ante Lanús, se confirmó un desgarro muscular grado II del bíceps femoral derecho, del que se resintió.
La intención de Sebastián Battaglia era sumarlo al grupo a partir de la próxima semana, pensando en el encuentro ante Sarmiento, pero esta molestia modificó los planes de cara a lo que viene. Por lo tanto, la posicion de centrodelantero seguirá siendo ocupada por Luis Vázquez y ahora solo será cuestión de tiempo para volver a ver a Orsini otra vez vestido de azul y oro.
