Una cantidad innumerable de directores técnicos pasaron por la historia del Club Atlético Boca Juniors y, particularmente, fueron varios los que quedaron en la historia grande de la institución, habiendo sacado campeón al equipo tanto a nivel local como internacional. Solo por decir algunos nombres, aparecen automáticamente Carlos Bianchi y el Toto Lorenzo, y la lista se agranda cada vez más a medida que se hace una revisión.
Un poco más abajo en la historia aparecen otros nombres como los de Miguel Ángel Russo y Alfio Basile que, si bien no se sientan en la mesa chica de los históricos, también han dejado un hermoso recuerdo en los hinchas. Pero luego ya empiezan a repasarse algunos nombres que, probablemente, los más contemporáneos no tengan registrados.
Y luego de bajar varios escalones, quizás uno de los menos recordados sea Jorge Habegger, quien tuvo un muy corto paso por el club de La Ribera en el año 1993, pero que le alcanzó para gritar campeón en la Copa de Oro Nicolás Leoz. De hecho, el técnico reconoció que todavía tiene esa “llamita encendida” para seguir ejerciendo como DT.
“De las 18 estrellas internacionales que Boca tiene, una la ganó conmigo”, fueron comentarios propios a la hora de recordar aquel título. Aunque para algunos él fue un desconocido durante el grueso de toda su carrera, lo cierto es que ha tenido muy buenos resultados. De todas maneras, pese al campeonato su paso por el Único Grande fue bastante pesado, ya que le tocó agarrar un plantel dividido entre dos grupos, llamados Halcones y Palomas.
Por un lado, logró hazañas tales como aquel título internacional, además de ganarle en un amistoso por penales al Barcelona de Johan Cruyff en España, y también ganarle a River en el Monumental, en el marco del Apertura 1993. Sin embargo, apenas duró seis meses en el cargo, y uno de los detonantes fue una pelea con un ídolo
“Con el diario del lunes hago una autocrítica: no tenía la espalda suficiente para dejar de contar con Giunta”, fue lo dicho por el DT, asumiendo su error. Luego de eso, recibió la visita. Finalmente, su ciclo terminó al mismo tiempo que se dio el regreso de Blas Armando a Boca.

