Boca ante su primer gran batalla en 2025, si bien es temprano para decirlo, la realidad es que está planteado de esa manera el partido de esta noche a las 21:30 ante Alianza Lima por la vuelta de la fase 2 de la Copa Libertadores. Hoy el Xeneize puede perder su gran chance de avanzar a fase 3 en condición de local y seguir soñando con la fase de grupos. Hasta aquí todo lindo, el sueño y la fe intactos porque la esperanza es lo último que se pierde, pero no está demás decir que ocurrirá si el equipo dirigido por Fernando Gago da su primer gran traspié del 2025, quedarse fuera de toda competencia internacional, por fortuna este partidazo se librará La Bombonera.
Por eso, no será un partido más. Y no sólo por lo que se juega el equipo de Gago deportivamente, sino también porque los hinchas, y el Templo en particular, también jugarán su propia historia: defender el honor de su mítico estadio.
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“Será un hervidero”. Quienes están al tanto de los preparativos para el partido de esta noche lanzan la promesa. Así espera la Bombonera responderle a Gorosito justo en esas noches que utiliza su traje preferido: el de la Copa Libertadores. Si de por sí el Templo se viste de gala para estas ocasiones, esta vez hay razones para pensar que su efecto, su resonancia, su rol de jugador N° 12, será todavía más marcado. Como primera respuesta para Gorosito, el sábado, contra Aldosivi, la Bombonera ya jugó su papel en la previa. Primero, mostrándole al equipo su malestar por el nivel futbolístico, marcándole el pulso de la exigencia, de la necesidad. Desde el “movete, Xeneize, movete” al “hay que poner un poquito más de huevo…”, hasta ir hasta la escala mayor: el clásico “jugadooooores…”.
Y nadie puede dudar que tuvo su efecto. Porque primero, lo dicho, fue malestar y reproche, para impulsar a los jugadores a que dieran un poco más. Pero en el final, cuando el equipo necesitó el contagio y el aliento para ganar un partido que se había complicado con un gol de otro partido (el del empate de Aldosivi), la gente empujó a la victoria, que finalmente consiguió con el gol de Merentiel. Por eso, el “es todo biri, biri, es todo sanata”, que Pipo pronunció en la previa a la hora de hablar del impacto que podría tener la Bombonera en la revancha contra Alianza, será un condimento más en un partido de alto riesgo para Boca. El Templo promete ser una olla a presión en la que, sus hinchas, buscarán demostrar toda su mística copera.
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Los números de la Bombonera
El estadio que supo sacar a un entrenador y elegir ahí mismo al nuevo DT del equipo (cuando a fines del 2012 pidió por Carlos Bianchi y Falcioni debió dejar su cargo), también tiene la estadística a su favor. Y esto es parte del efecto Bombonera. Porque contando los últimos 50 partidos, y sus últimos cuatro entrenadores (Gago, Martínez, Herrón, Almirón), Boca ganó 32 partidos, empató 13 y perdió 5. Y si se toma el ciclo de Hugo Ibarra, la cuenta da que en 15 partidos, ganó 9, empató 5 y perdió 1. A favor…
Pero más allá de los números, hoy lo que estará en juego es el corazón de La Boca, nada menos que el Templo, el honor de la Bombonera. Por eso, por todo, será un partido especial.
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