Martín Palermo después de muchos años como entrenador, al legendario goleador de Boca al fin se le dio: se consagró por primera vez en su carrera como entrenador, al mando de Olimpia de Paraguay. A falta de dos fechas para el cierre del Torneo Clausura, el Decano empató 0-0 con 2 de Mayo, su principal perseguidor, y se volvió inalcanzable.
El partido comenzó con Olimpia mostrando su estilo habitual, presionando alto y buscando el control de la pelota. Sin embargo, el equipo local, bien ordenado en defensa con Pedro Sosa y Pablo Adorno, resistió los ataques y empezó a manejar el juego. Con el apoyo de sus laterales Rodríguez y Castro, junto a un inspirado Brahian Ayala, el Gallo Norteño generó las primeras aproximaciones al área rival, aunque sin contundencia.
El encuentro tomó un giro inesperado a los 34 minutos del primer tiempo, cuando Facundo Zabala vio la doble amarilla y dejó al Decano con diez jugadores. La expulsión llevó a Palermo a reestructurar su esquema, colocando a Ramón Martínez como central y sacrificando a Hugo Fernández. Esto permitió a 2 de Mayo tomar mayor protagonismo en el juego.
En la segunda parte, el equipo local salió decidido a buscar el gol que les permitiera mantener viva la lucha por el torneo. Con un Olimpia replegado en un sólido 4-4-1, el Gallo Norteño generó las ocasiones más claras. Pedro Sosa tuvo una chance increíble frente al arco, mientras que Ulises Coronel, en dos oportunidades, estuvo cerca de romper el empate: primero con un remate desviado y luego con un disparo al travesaño.
El Decano, por su parte, buscó lastimar de contragolpe, aunque sin éxito. No obstante, el empate le fue suficiente para que Olimpia garantizara la estrella número 47 de su historia y Palermo lograra su primer título como entrenador. Después de sus experiencias en Godoy Cruz, Arsenal, Unión Española, Pachuca, Curicó Unido, Aldosivi y Platense, el Titán alcanzó la gloria en el fútbol grande de Paraguay.
