Boca se encontró con la ventaja parcial a los 31 minutos del segundo tiempo en el Estadio Eva Perón de la ciudad de Junín, justo un instante después de cumplido el minuto mencionado la parcialidad local (hinchas de Sarmiento), comenzaron a agredir y ejercer violencia sobre los hinchas “neutrales” los cuales gritaron el gol de Miguel Merentiel y que se encontraban en la popular frente a las cabinas de televisión y protegidos por un pequeño pulmón de seguridad creado por la policía que no sirvió de mucho lamentablemente.
Al parecer no le agrado mucho a varios hinchas del “Kiwi” que se encontraban en la zona que haya gente que grito el gol de Boca, lo cierto es que también varios de los agresores eran barras del equipo de Junín. Es sabido que el operativo de seguridad y venta de entradas iba a admitir la compra de las mismas a hinchas en calidad de neutral.
Se sabe que Boca despierta pasiones en todo el país y a veces es difícil hacerle caso omiso a la posibilidad de recaudar una buena cantidad de dividendos cada vez que el “Xeneize” pisa las canchas del interior por parte del equipo rival de turno y esto genera la solicitud de admisión de “hinchas neutrales”, aunque se corran justamente estos tipos de riesgos que lamentablemente ya deberían estar en el pasado.
A todo esto, en el sector popular la cosa se caldeaba cada vez mas, fue negativo para los que estaban contentos por el gol ya que miraban como se avecinaba una ola verde a agredirlos solamente por gritar un gol e impotentes esperaban el momento de tener que enfrentar la cruda realidad de violencia que se les avecinaba como una estampida.
Mientras parejas, padres y madres con chicos buscaban refugio de la barbarie surgida en Junín, barras de Sarmiento empezaban a correr de atrás a los que identificaron como hinchas de Boca en la tribuna local. El arbitro principal, Leandro Rey Hilfer tuvo que tomar cartas en el asunto y parar el partido hasta encontrar tranquilidad, de paso hablo con los capitanes para ver las formas a seguir y el encargado del operativo de seguridad. Por suerte el partido pudo continuar pero la fiesta volvió a empañarse por los inadaptados de siempre.